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La psicóloga y neurocientífica Lisa Feldman Barret enfrentó un episodio de acoso en internet luego de publicar una columna de opinión en un popular medio noticioso estadounidense. Sorprendida por la brutalidad del ataque y las consecuencias que tuvo para ella y su familia, Barrett hizo lo que toda buena psicóloga haría: se concentró en entender y aliviar su ansiedad examinando su propia mente, tras la avalancha de angustia que padeció.

El libro de Feldman Barret, La vida secreta del cerebro: Cómo se construyen las emociones, se enfoca en entender cómo el cuerpo y el cerebro crean emociones y eventos para aliviar la ansiedad, la depresión y otras consecuencias del estrés luego de un episodio de acoso en línea. Esta búsqueda de conocimiento, combinada con otras medidas para fortalecer las defensas del cuerpo contra padecimientos físicos y mentales, puede hacer que enfrentes el acoso con mayor determinación.

Lo que sigue es una lista de consejos adaptados a partir de una entrevista que PEN America le hizo a Feldman Barret.

1. Entiende qué está sucediendo a tu cuerpo

Las palabras son poderosas y pueden tener un impacto inmediato en tu cuerpo. Esto puede ocurrirle a cualquiera y no es una señal de debilidad. Los sistemas del cerebro que permiten que entiendas palabras y su significado regulan al mismo tiempo otros sistemas que inciden en tu ritmo cardiaco, actividad respiratoria, respuesta inmunológica, metabolismo, etcétera. Es por ello que el acoso en internet puede provocar una reacción psicológica poderosa.

Apatía, fatiga, dolores de cabeza, dificultades para respirar, náuseas, dolores de estómago y una sensación de agonía física que es difícil de describir pero que puede aparecer cada vez que se recuerda la agresión, son la posible consecuencia de un episodio de acoso en línea. Quizás estás reviviendo el acoso en tu mente de manera constante, como si fuera un diálogo invasivo y molesto del que no puedes escapar. Tal vez llegues a pensar que de algún modo tú causaste el ataque, aunque una parte de ti sabe que este tipo de razonamientos no son lógicos. Un recordatorio: nada de esto es tu culpa.

Es importante entender que eso que experimentas –furia, miedo, vergüenza…– son sentimientos simples generados a partir de sensaciones y constituyen una rápida síntesis de lo que está sucediendo dentro de tu cuerpo. No son siempre incómodas, pueden ser hasta placenteras.

Tu cerebro usa tres ingredientes para crear emociones: las sensaciones  que generan en tu cuerpo esos sentimientos simples; tu contexto y lo que te rodea; lo que sabes sobre emociones. Si aprendes a cambiar los ingredientes que tu cerebro usa para crear emociones puedes tener un mayor control sobre ellas, y evitar que ellas te controlen a ti.

2. Duerme bien

Para una buena salud física y mental es fundamental tener suficientes horas de sueño. Una buena noche de sueño contribuye a que el cerebro mantenga el sistema nervioso balanceado. Dormir poco provoca malestar físico y angustia, lo que deriva en que regresen a tu memoria recuerdos estresantes. Recibir suficiente luz del sol durante el día, hacer ejercicio y comer adecuadamente son otras actividades que contribuyen a un sistema nervioso en armonía. Si tienes dificultad para dormir, habla con especialistas. Enfermar durante un episodio de acoso en línea es lo que menos necesitas.

3. Prueba cambiar de contexto

Las situaciones cotidianas pueden provocar que ciertos pensamientos regresen a tu mente. Una manera fácil de cambiar tus pensamientos es cambiar de entorno. Puedes hacerlo de forma literal, saliendo a caminar o a correr [desde PEN America te sugerimos que, si no te sientes cómoda en espacios públicos abiertos, veas la posibilidad de pasar unos días con personas cercanas a ti en su espacio]. Pero también puedes hacerlo en casa, tomando conciencia de los detalles que te rodean. Por ejemplo, intenta poner atención a las nubes en el cielo, al color de una flor, a las hierbas silvestres que se asoman por la grieta de un muro. Busca aquello que te despierte asombro, curiosidad, eso le dará a tu cuerpo un descanso de los factores estresantes del día.

4. Consigue apoyo comunitario

Los humanos somos una especie social, nos ayudamos mutuamente a regular nuestros sistemas nerviosos. Un abrazo o una palabra amable de parte de una persona querida puede darle a tu cuerpo un muy necesario impulso. Pasar tiempo con miembros de tu comunidad no evitará todos los sentimientos negativos, pero será útil para aminorar la ansiedad y el riesgo de una enfermedad física. Habla con otras personas que hayan experimentado acoso en internet; puede ser que, gracias a su experiencia, encuentres consuelo.

5. Enriquece tu “vocabulario emocional”

Mientras más minuciosa seas al describir tu experiencia emocional a raíz de un episodio de acoso en línea, estarás mejor. Un vocabulario más amplio te proporciona más herramientas para lidiar con eventos estresantes: el lenguaje puede ser una fuente de resiliencia. Ponerle nombre a tus emociones te servirá para articular las formas de violencia o acoso con que te puedes topar.

6. Descansa de tus dispositivos electrónicos

Haz una pausa: no uses tu celular o tu computadora antes de dormir. La frecuencia de la luz emitida por los dispositivos electrónicos promueve un estado de alerta y desvelo, lo que interfiere con el ritmo circadiano natural del cuerpo. Asegúrate de mantener lejos los dispositivos al menos una hora antes de dormir, sólo así lograrás descansar bien.

7. Un día a la vez

Podría llegar a ser imposible que ejerzas control total o parcial sobre tus emociones. Si es el caso, no pelees contra ti. Acepta lo que sientes sin prejuicios y recuerda tomarlo un día a la vez.